Liderazgo Trascendente
Hace algunos años, enfrenté una de las etapas más difíciles de mi vida. Aunque sabía que en algún momento sucedería, no estaba preparado para ello. En 2017, mi madre se enfermó gravemente. El diagnóstico del médico no fue alentador: ella se encontraba en una etapa terminal de cáncer y solo quedaba ofrecerle calidad de vida en sus últimos días.
No hay palabras para describir lo que se siente en esos momentos. Solo queda aferrarse a un milagro, aceptar la realidad, asumir la responsabilidad por el ser querido y orar. Dos meses después, ella falleció. En ese instante, pasaron por mi mente una serie de recuerdos y lecciones vividas. Me costaba aceptar la realidad, pero era consciente de que ya no tendríamos más cafés juntos, que no había tiempo para decirle cuánto la amaba y lo importante que fue en mi vida.
Durante el funeral, recibí numerosas muestras de afecto y solidaridad. Algo que me llamó la atención fue que cada persona que se acercaba para darme el pésame expresaba cualidades de mi madre: era una persona que escuchaba, aconsejaba y ayudaba en momentos difíciles. Esa larga lista de virtudes definía perfectamente su esencia.
Este proceso me llevó a ser más consciente de la vida, del valor del presente y de la importancia de aprovechar cada momento. Reconocí que la clave de la trascendencia radica en dejar un legado. Entonces surge la pregunta: ¿Cuál es tu visión de trascendencia?
En nuestra historia de vida, hay capítulos que ya quedaron atrás: lecciones aprendidas, retos superados, aciertos y desaciertos. Ahora estás aquí, en este preciso momento. Pregúntate: ¿En quién me estoy convirtiendo? ¿Qué me falta por cambiar? ¿A dónde quiero llegar en la vida? Tómate un momento para anotar tus respuestas y reflexionar.
Asumir la responsabilidad de escribir nuestra propia historia implica reconocer nuestras fortalezas, agradecer por quienes somos y buscar un crecimiento intencional enfocado en agregar valor a los demás. Eso es lo que define nuestro liderazgo. Un verdadero líder sabe que la primera persona que debe liderar es a sí mismo.
Trayectoria del líder hacia la trascendencia
A lo largo de mi camino, he encontrado ciertos factores que nos ayudan en este viaje hacia la trascendencia.
1. Sé un precursor de transformación.
Los líderes están llamados a hacer que las cosas sucedan. Esto implica abrir brechas, tomar la iniciativa, asumir compromisos y utilizar nuestra influencia.
- Un precursor:
- Se prepara intencionalmente.
- Depende de la disciplina.
- Conduce a la acción.
- Genera impulso.
- Trabaja en equipo.
2. Tener una visión clara y saber transmitirla.
El futuro pertenece a quienes ven las posibilidades antes de que se hagan evidentes.
- La visión comienza en tu interior.
- Proviene de tu historia.
- Ayuda a conseguir recursos.
Poseer una meta no es lo mismo que vivirla. No podemos inspirar a otros si nosotros mismos no la comprendemos y seguimos. Ser bendecido con una visión es solo el comienzo; ¡hay que vivirla!
3. Primero las personas, después las cosas.
Un líder, más allá de dejar una buena imagen, crea experiencias positivas, valorando, inspirando y co-creando con los demás.
Si eres emprendedor, sabes lo crucial que son las personas en tu vida: tu equipo, proveedores y clientes. Se trata de construir relaciones que generen valor. John Maxwell, autor de liderazgo, señala que la manera en que te tratan afecta cómo te sientes contigo mismo y cómo tratas a los demás. Ten esto presente al interactuar con la gente. Cuando te valoras y valoras a los demás, creas un ciclo de interacciones positivas que mejora la vida de todos.
Pregúntate: ¿Cómo te sientes cuando otras personas te valoran? ¿Qué sucede cuando tú valoras a los demás?
Finalmente, recuerda que tienes una vida y esa vida es importante. El fracaso es parte del éxito. Aprovecha el tiempo, cumple con tu llamado, define tus prioridades y vive desde el agradecimiento.
Hace un tiempo, leí una reflexión de Erwin McManus, autor del libro Hasta la última flecha:
«Cuando llegues al final de tus días, no medirás el valor de tu vida a base de éxitos y fracasos. Todo eso comenzará a difuminarse en una sola memoria llamada ‘vida’. Lo que te dará consuelo, o te perseguirá hasta tu último suspiro, es lo que pudiste haber hecho, pero no hiciste; lo que pudiste haber sido, pero nunca llegaste a ser; la vida que hubieras podido vivir, que nunca viviste.»
Siempre es un buen momento para aprender, crecer y mejorar.